jueves, 26 de agosto de 2010

Actuando profesionalmente

Estaba en vacaciones, y no tenia mucho que hacer, a mi papá se le ocurrió inscribirme en un curso de vocalización, el dice que tengo buena voz y hasta podría ser cantante reconocida, a mi me pareció gracioso y accedí por que hasta depronto podía ser cantante y cuando me tocara actuar de cantante ya tendría todas las bases, siempre me fijaba en que me servia lo que hacia para el escenario.
Las clases de canto empezaron y yo no reconocía ninguna nota, no sabia diferenciar entre un do o un si, todo para mi oído era lo mismo, los ejercicios para afinar eran realmente difícil, y luego tocaba aprenderse una canción y presentarla en público, no se por que hice esta elección tan complicada pero cante "no basta" de Franco de Vita, no tengo ni idea que opinaron los pobres oyentes que estaban frente mio, pero salí viva en el intento y cero nervios, fue una prueba más que pase.
Después de la maravillosa idea del canto, mi papá otra vez entro en escena y me inscribió a piano, eso si me gustaba, además que tocaba la lira en la banda marcial del colegio, así que las notas del piano me servían para ambos instrumentos y de verdad tenia un gran amor por la lira, actualmente me quiero comprar una, es como un sueño que tengo. El piano fue una bonita experiencia pero no llego hacer una ocupación profesional, retenía muy bien las notas pero me faltaba ritmo o sentir la música en las venas como dice mi hermana, no se las melodías nunca han sido lo mio, me inclino más por las letras, reconociendo que ambos caminos necesitan de pasión y entrega y quien decide seguirlos es por que estaría dispuesto a morir en el intento.
Finalmente a mi papá se le agotaron las ideas de cursos, así que termine cursando en teatro, lo que me gustaba, lo que amaba, lo que quería... para mi sorpresa el teatro es una actividad, que a pocos les llama la atención, en el caso de mi ciudad a nadie, estaba en el curso !SOLA!  mi profesor no sabia que hacer y supongo que en ese momento debió ser muy desalentador no tener alumnos, pero yo exigía que me enseñaran y poder ser actriz, dos personas más se unieron, amigos del profesor y empezamos las clases, la primera pregunta que me hizo fue que talento o habilidad extraordinaria tenia, no sabia de que hablaba, se supone que si estaba ahí era por que sabia actuar, pero el se refería por ejemplo a mover las orejas, llorar, saltar, gritar, lo que sea, cualquier locura, respondí que no sabia, quizá si lo intentaba lo podría averiguar, finalmente si tenia un talento extraordinario ¡ Movía las orejas! de vez en cuando.
Las clases eran interesante, pero nunca me sentía cómoda al principio, con los ejercicios de relajación, pensaba que estaba muy gorda y al estirarme me iba a ver muy graciosa, o nalgona o pansona, me intimidaba que el salón era lleno de espejos, cosa que triplicaba mis defectos físicos, sin embargo como buena actriz que soy o que quería ser o que quiero ser, fingía que todo estaba bien y que no me incomodaba, me alentaba el hecho de que no era tan fea como betty la fea o así me había dicho la profesora que no me eligió para el papel.
Entre todos los ejercicios, el que más recuerdo es el de la memoria emotiva, técnica que después de muchos años descubrí quien la había hecho y por que, el profesor de teatro solo me dijo que en cinco minutos me iban a ejecutar, que cerrara los ojos y me sumergiera en ese momento, después me pregunto que me había venido a la mente, la verdad es que mi mente estaba en blanco, no sentí que me fueran a ejecutar y me pareció gracioso que él me creyera capaz de imaginarme semejante escena, pero mis dotes de improvisación salieron a colación y dije todo lo que había pasado por mi mente, mi familia, mis amigos, mi primer amor, lo mucho que iba a extrañar el colegio, lo humillante que iba a ser morir sin cumplir mis sueños, bla bla bla, se que quedó demasiado conmovido y yo lucia bien, me sentí con el deber cumplido.

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